La Culpa está conectada a una evolución social de la humanidad. La culpa en muchas instancias ayuda hacer cambios importantes. La culpa puede ser útil para generar un auto-conocimiento y sentir remordimiento ante un error genuino. En este caso, es posible aprender de los errores y ajustar nuestra perspectiva y comportamiento según sea el caso.
Muchas veces, la culpa no te lleva al remordimiento ni a ningún cambio en perspectiva o comportamiento. Y es precisamente la culpa sin sentido la que se puede convertir en un sentimiento que permea en nuestra vida y que muchas veces ya no tiene ni pies ni cabeza. Incluso Podemos nacer con sentimiento culpa, que esto en realidad pertenece a nuestros padres o ancestros. Podemos nacer por ejemplo, dentro con una culpa racial o religiosa, donde creemos o sentimos que debemos estar en linea con los pecados o fallas de nuestra raza o religión.
Encarnamos con ese patrón de la culpa de los errores de otras vidas. La culpa destruye nuestro verdadero sentido o valor propio. La culpa puede incrementar la parálisis emocional o la confusión. Por eso vivir con con culpa es sumamente estresante. Es más podemos a veces sentirnos. Culpables solo por estar vivos. La culpa nos abre a la manipulación y los narcisistas son expertos en probar la culpa de los demás. Un sentido marcado de culpa nos puede llevar a un deseo de ser rescatados por alguien más y nos hace generar co-dependencias o invasiones de otros a nuestras vidas. La culpa es un a puerta abierta para que otros puedan accesar a nuestro campo energético. La culpa también puede ser inducida a través de la mente para crear o implantar programas de control mental y mensajes subliminales. Sin duda, la culpa nos lleva al sufrimiento. Y todas estas formas no usuales y no usuales de llevar la culpa serán las que trabajaremos en esta meditación.